«San Lorenzo» Jaime Redondo Tirado

Te besé junto a la tapia
de un cementerio
una noche de San Lorenzo.
Una explosión de pasión
desencadenó una tonada
en la oscuridad.
Nadie hablaba,
el silencio era oscuro
solo los susurros desprendidos
de los labios ardientes
desafiaban las sombras.
Los luceros estrellaban
su luz en el cielo apagándose
como mis ojos rendidos.
Olía a tierra rendida,
a vida segada en las tapias
de aquel cementerio
en otra noche lejana.